Hola Nico!
Voy a nuestra cita. La vida se ha puesto hermosa y complicada con la llegada de Ari. Ya le hable de ti y de lo hermoso que es tu corazón. Creo que serán buenos amigos porque él también es un guerrero noble y sereno. Con la llegada de Ari, apareció en casa la mamá de Ale y con ella, mucho que aprender sobre el ego, la tolerancia y la humildad. Ale y Ari se llevan de maravilla, son una pareja hermosa que se ha encontrado desde el primer segundo.
Te cuento que imprimí 80 fotos y compre otro tanto de sobres. Estoy listo para seguir otro medio año mandando cartitas a tu casa. Desde hace un mes, tienen la firma del poli de recibido. Te subiré fotos de todos los acuses para nuestro registro. Ahora voy a pasar por Ceci y Victor que me acompañarán a verte. Se que es remoto imaginar que llegaras pero, la simple idea me ha dibujado una sonrisa en el rostro.
3.00pm. Ya estoy aquí sentadito, en medio de otros diez padres y, madres que esperan con nervios a que aparezcan sus hijos. Muchos de llos sldrán conmigo en media hora, en el mismo elevador, con sus corazones rotos. En esta media hora suceden muchas historias, amargas la mayoría de ellas. Madres que finjen dolerse con el llanto de sus hijos que ven a sus padres despues de quien sabe cuantos meses de no presentarlos, otro papá es rechazado por sus hijas, el tiene una auténtica facha de agesor y ella esta al borded el llanto. Una persona de servicio social los ha invitado cordialmente a que platiquen en las oficinas. Ella espera afuera mientras el padre y las hijas han entrado a una salita a platicar.
Tal vez sea mejor que no te traigan a ver este circo. Frente a mi, ahora, otras dos familas mas prudentes entregan a sus hijos en una relativa armonía. Se con certeza que nuestro caso será de los que son poco civilizados pero, aunque fuera el mas salvaje, sería mejor que no verte.
3.20pm. Ahora estoy en medio de dos madres impacientes. Para mi, ahora, son como el enemigo; me cuesta mucho trabajo creer que son pobres víctimas. Lloran, dan explicaciones, suplican y los peques las voltean a ver con lágrimas en los ojos, buscando aprobación. Que las escojan por encima del padre les llena el rostro de satisfacción. Esos son sus trofeos… Su padre no se fue con ellas…
A. Salomón
mayo 31, 2014