Hoy hace exactamente un mes que empecé a escribir cartitas de esas que pones en el correo y te llegan al buzón. La intención de hacerlas era poder drenar estas ganas que tengo de verte y de platicarte cosas. Quería que cuando las vieras, te emocionaras y supieras, con solo verlas, que no te he dejado de pensar un solo instante… así que imprimí unas fotos tuyas y mías y en la parte de atrás escribí un par de cositas super divertidas que, si las leías, dirías… mi papá esta bien porque sigue haciendo bromitas.
No quería que fueran textos deprimentes ni victimistas, quería algo fresco y cortito.Junto con las fotos, pongo estampitas de tus superheroes y dibujo escenas o plantas, o lo que sea que se me ocurra en el sobre para que las identifiques cada vez que llegaran a casa.
Obviamente, esto no sucedió así. Cuando empezaron a llegar las cartas a tu casita, el tio Charly empezó a mandar mensajes a mi celular diciendo toda clase de tonterías. Es evidente que no te las dejaron ver y por los mensajes de tu tío, se que las abrió y seguramente las destruyó.
La primera vez que me llegó uno de sus mensajes, terminé llorando. Me sentaba tan mal el odio en sus palabras…!!! luego, tras leerlas varias veces, encontré que nada había ahí que me perteneciera y eran más bien una proyección burda de sus propias carencias.
Este video habla de Procopio, el odiador…