Nico
Ayer le platicaba a Ale que había descubierto una gran contradicción en mi. Todo el día me la paso apelando a los sentimientos y las emociones, les enseño a mis alumnos a crearlas, a potenciarlas, a trabajar desde el corazón… el video que te hice creo que es la prueba de lo bien que puedo hacer sentir mi dolor. Pero cuando se trata de sentir lo que provoca mi trabajo, cuando se desatan también las pasiones, cuando la gente disiente… no se que hacer, entro en pánico y mis reacciones son torpes.
Ayer tuve que sentarme en una oficina porque una de mis alumnas se sintió agredida cuando, la semana pasada le dije, que “lamentaba mucho que sus papás gastaran tanto dinero en ella” y que “no estaba a la altura del trabajo de los demás compañeros”… el argumento de ella era que yo no había sido profesional. Me fue muy fácil encontrar los argumentos para hacerla sentir mi molestia pero no sabía que responder sentado en esa oficina, abrumado por las emociones que yo mismo había generado.
Lo mismo con las distinguidas palabras de tu tío o la crítica que una amiga de Ale le hizo al video de FOTOdePAPA. Me imagino que es normal que las emociones se salgan de control pero me cuesta mucho ordenarlas. Es como si la vida me hubiera dado las herramientas para provocarlas pero no para controlarlas…
En fin, otra multa para tu mami… ya se que no la va a pagar pero se siente como bonito que el juez haga notar que ya se dio cuenta que alguien esta tratando de retardar lo más posible este juicio.
A. Salomón
junio 23, 2016