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Nico

Pues tu mami nunca contestó mi mensaje. Fueron unos días muy extraños porque, en realidad si tenía la esperanza de que ella respondiera y nos sentáramos a platicar pero, eso no sucedió. Ahora si no se que sigue. El abogado me dijo que la apelación para que me dejen verte de nuevo tomará un par de meses, que los exámenes psicológicos aun no empezaban y que tomaría meses, tal vez un año, antes de tener una sentencia. Así que en verdad, ya no se cuando te volveré a ver. Desde luego, pasará el día del padre sin poder verte y sin que tu entiendas porque, no te fui a buscar a tu festival del día del padre o lo que sea que en tu escuela se haga ese día. 

Sigo haciendo plegarias en las noches, unas dicen “Nico, te quiero, te extraño” otras dicen “Nico, ya quiero volver a verte”. Hice 400 de las primeras y 300 de las segundas. Con Arí, he estado visitando a la Inmaculada Niña María, que vive en la catedral de Coyoacán. Ya llevamos dos visitas, le pedimos que pronto podamos jugar los tres. 

Este es tu hermano, Arí, un niño muy despierto, de buen corazón y de carácter fuerte. Salió idéntico a mi como tu saliste idéntico a tu mami. Es enojón y terco como yo, es cachetón y panzoncito pero tiene una mirada dulce y a la vez poderosa. Será muy bonito verlos un día juntos. Tal vez nos tome algunos meses, tal vez algunos años, pero lo vamos a conseguir. Yo dedico mucha energía en imaginarlos así. Creeme que a Arí le inculcaré ese deseo y espero que tu, secretamente, guardes esa ilusión.
Mañana partimos a Bolivia por diez días. No iré a la junta con el juez pero ya me han hecho todas las preguntas y me dijo Fernando que no era necesario ir. A Bolivia voy a dar un taller de video y a acompañar a Alejandra que va a exponer en Santa Cruz de la Sierra. Prometo traerte algo del Amazonas, de pensarte en cada animal extraño que vea y de respirarte siempre.
Me despido siempre con ganas de llorar. Mi carácter se ha hecho algo reservado, vivo con un enojo atorado y una tristeza que drena mi ser. Ahora entiendo lo frágil que soy, lo fácil que es para un hombre romperse en mil pedazos. Sin embargo, he apostado a esperar tu regreso luchando por estar bien, por no salirme de la luz. No es fácil, aun cuando la vida me ha colmado de bendiciones. 
Te cuento que estrené bici hoy. Vendí la otra que compre contigo y con mamá un sábado en la Condesa. Esta esta bien bonita y más cómoda para andar. Te cuento también que la Combi sigue dando lata y que parece una empresa que no tiene final. 
La semana pasada te sentí muy fuertemente en mi sueño. Estaba yo con David, viendo uno de sus dibujos y llegabas tu corriendo y te apoyabas en la mesa. Detrás de ti, tu mami llegó para ponerte un sweater o para mantenerte un poco lejos de mi. Yo me solté a llorar, no podía parar, a pesar de que tu mamá me reprochaba algo que no recuerdo bien. Se que no fue un sueño, se que estuviste ahí y lo extraño es que al desperta, no tenía lágrimas en los ojos. Ese día quedé como atropellado con la visión y me tomó unos días recuperar mi vida normal. 
Pensaré estos días una nueva estrategia para atraerte a mi órbita de nuevo. Te quiero mi Nico. No te olvido, no te dejo un solo día de pensar y de sentir.

A. Salomón
mayo 17, 2015

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