Nico
Me siento muy agotado pero me muero por contarte… pues si, sucedió la cita con tu mamá y la famosa Amelia. Ese día tuve que cancelar mi clase en SAE para pasar por Kike, que me acompañó por si aparecía tu tío, y de ahí hasta la Roma para ver a tu mami. Llegamos tan temprano que nos dio tiempo de ir por unos chilaquiles vegetarianos y un café. Luego, yo subí y justo estaba llegando tu mamá con Amelia. Fue un momento muy incómodo porque yo no sabía ni hacia donde dirigir mi mirada. Tu mamá tampoco. La Sra. Amelia empezó diciendo que ese no sería un lugar para expresar sentimientos ni emociones, solo para hacer acuerdos. Yo iba pensando que había que sanar el vínculo con Nora pero de tajo me sacaron de la jugada y cuando quise hablar desde el corazón, dijo Amelia que eso lo tenía yo que resolver con mi terapeuta. Terminamos la cita después de una hora en la que quedó claro que me dejarían acercarme a ti de nuevo si firmábamos un acuerdo.
Salí algo confundido y no del todo emocionado, tal vez porque la verdad yo solo quería platicar con tu mamá y abuenarnos, tratar de curar las heridas y me topé con un un mujer cuyas posturas eran rígidas, que no me volteaba a ver. Sus palabras sonaban huecas, hablaba de lo mejor para ti pero parecía en todo momento estar cuidando sus intereses. Acordamos vernos en quince días, acordamos que enviaríamos los puntos para firmar el acuerdo que entregaríamos al juez para que no tuvieras que ir a las 14 sesiones en la Dirección de Apoyo Psicológico. Ella salió primero y unos minutos después salí yo. Nos fuimos Kike y yo a Coyoacán comentando y sintiendo que algo estaba raro.
A. Salomón
mayo 18, 2017