Se que es infundado pero ayer me sentía tan intranquilo, que le pregunté si pensaba volver… se rió y me dijo que me ama que nunca me haría eso. Seguramente todo este asunto con tu mamá me hace sentir muy vulnerable, tal vez solo estoy transfiriendo mis miedos; como sea, te lo cuento porque es un sentimiento nuevo en mi. Antes no me daba miedo que tu mami se fuera unos días, es mas, muchas veces llegué a agradecer esos espacios. Contigo no me sucedió nunca imaginar que no te volvería a ver.
Recuerdo muy bien cuando tu mami se fue a San Diego a sus meditaciones con Chopra, tu te quedaste conmigo. Nunca tuve miedo a perderte o a no verte más, sin embargo, ayer sentí que Ale preparaba sus maletas para no volver. Sentí que abrazaba a mi Arito por última vez y que sería mi segundo hijo perdido por mi carácter, que tal vez, tu mami ahora estaba muy contenta de no lidiar conmigo nunca más y que eso mismo pasaba por la mente de Ale.
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Julieta Venegas pierde la pelea por la custodia de su hija Simona
El músico Rodrigo García, expareja de la cantante y padre de la niña, podrá pasar tiempo con ella y darle sus apellidos
La justicia ha fallado en su contra. La artista mexicana Julieta Venegas ha perdido el caso que la enfrentaba con su expareja Rodrigo García Prieto, que la había demandado para lograr la custodia compartida de la hija de ambos. La justicia ha determinado que el padre tiene derecho a pasar tiempo con su hija y que se deben cambiar los apellidos de la pequeña, que nació el 13 de agosto de 2010.
El músico argentino presentó una demanda en la que aseguraba ser el padre de Simona, la hija de la cantante, a quien acusaba no solo de impedirle verla sino de que la había registrado además con otros apellidos que no son los suyos. En las redes sociales, el músico indicaba que llevaba dos años sin poder ver a su pequeña. “Es un momento maravilloso, se hizo justicia más allá de cualquier interés personal y presión de poder ¡Muy feliz! ¡pronto con Simona!” comentaba Rodrigo en su perfil de Twitter tras conocer la sentencia.
A. Salomón